A lo largo de estos años ya he ido haciendo unas cuantas cositas, sola y con la maravillosa gente de taichi con la que me he ido encontrando. Unos siguen a mi lado, otros no; pero de todos he aprendido mucho, porque hasta las malas experiencias son buenas porque te indican lo que NO quieres en tu vida. El taichi agranda lo que lleves dentro: si es bueno se hace mejor, pero si es malo se hace peor. Muchos practicantes no se han dado cuenta de eso.